Infecciones gastrointestinales: ¿por qué ocurren y cómo prevenirlas? 

Infecciones gastrointestinales: ¿por qué ocurren y cómo prevenirlas?

Se aproxima la entrada a clases y, con ella, la amenaza de infecciones respiratorias y gastrointestinales. Siga estos consejos para que se cuide usted y proteja a los suyos de estas últimas.

Con la entrada a clases a la vuelta de la esquina, también se acercan los periodos de infecciones de todo tipo en los pequeños, principalmente, las de índole respiratoria y gastrointestinal.

Estas últimas, que son las de competencia de este blog, se hacen presentes por medio de vómitos, diarreas y dolores abdominales, por citar sus principales síntomas. ¿Es posible protegernos y cuidar a nuestros seres queridos de ellas?

La respuesta es sí. Es tan fácil como seguir hábitos de higiene y, si se quiere, hasta de sentido común.

“Dentro de las costumbres de las personas se encuentran consumir comidas crudas, no lavarse las manos, sentarse a comer en lugares de dudosa procedencia en cuanto a manipulación de alimentos. Incluso, a veces, la persona percibe un olor extraño en la comida y aun así se la come”, expresa la especialista.

“Todas esas son acciones que no se deben hacer”, enfatiza.

 

¿Por qué ocurren las infecciones gastrointestinales?

Para comprender la dimensión de este padecimiento, debemos partir de lo básico: ¿qué es una infección gastrointestinal?

“Es una inflamación que ocurre en cualquier parte del tracto digestivo. Es mucho más común que afecte órganos como el estómago, el intestino delgado o el colon y, generalmente, se debe a un virus, a una bacteria o a un parásito”, explica la médica gastroenteróloga.

Estos virus, bacterias o parásitos se pueden contraer, principalmente, por contacto directo, es decir, cuando estamos en contacto con una persona que los porta, o por la ingesta de agua o de alimentos contaminados.

 

Los más afectados

La experta afirma que dichas enfermedades afectan más a personas con sistemas inmunológicos débiles, como los adultos mayores, o a los niños, en cuyo caso, el sistema inmune todavía está en desarrollo.

“Estas personas son mucho más susceptible a infecciones. Por eso, cuando los niños entran a clases, o después de los periodos de vacaciones, son mucho más frecuentes las infecciones, porque el sistema inmunológico no está lo suficientemente maduro como para defenderse. Lo otro es que los niños son de los grupos poblacionales que menos cuidado tienen a la hora de manipular alimentos; comparten comidas y no prestan tanta atención al lavado de manos. Ni qué decir de cuando hay un niño enfermo y enferma a los demás. Todo eso hace que sean muy vulnerables a infecciones gastrointestinales y respiratorias cuando entran a clases”, puntualiza.

Es el mismo caso de los adultos mayores que se encuentran en centros diurnos o en asilos, donde el contacto es inevitable, añade la doctora.

Otro grupo que también sufre con mayor frecuencia infecciones gastrointestinales es el de los pacientes con enfermedades inmunológicas. Son personas que toman algún tipo de tratamiento para regular las defensas; por ejemplo, quienes padecen lupus eritematoso sistémico o artritis reumatoide.

“Cualquier enfermedad inmunológica los hace muchísimo más vulnerables a tener infecciones gastrointestinales”, recalca la especialista.

 

Directo al médico

La deshidratación es una de las complicaciones más frecuentes y peligrosas de una infección gastrointestinal. Un episodio severo de deshidratación puede causar insuficiencia renal, o sea, un daño en los riñones.

Por ello, insiste la especialista, “hay que evitar a toda costa la deshidratación en pacientes con infecciones gastrointestinales”.

“Pacientes que no toleran la vía oral, con vómitos, con diarreas de alta tasa (más de una deposición por hora), que presentan sangre en las heces, con fiebre importante y que no están orinando, deben recurrir prontamente a un servicio de salud porque pueden poner en peligro su vida, por la deshidratación”.

La gastroenteróloga cita una lista de consejos para evitar las infecciones gastrointestinales:

  • Un adecuado lavado de manos.
  • Buena manipulación de alimentos.
  • No comer en lugares de dudosa procedencia, mucho menos si se trata de comidas crudas.
  • Evitar el hielo en sitios en donde no estamos seguros de si el agua es potable.
  • Vacunarse contra la salmonella, una bacteria presente en carnes de pollo, res, cerdo, huevos, frutas, vegetales y hasta en alimentos procesados.

 

Tratamiento

La forma de atacar una infección gastrointestinal varía de acuerdo con la causa. Si la ocasionó un parásito, al paciente se le receta un antiparasitario; si la detonó un virus, el tratamiento es meramente sintomático; y si fue gestada por una bacteria, se le dará a la persona el antibiótico necesario para controlar la infección.

“Es importante tener presente que, en los tres casos, los probióticos juegan un papel muy importante en el tratamiento de la infección”, apunta la especialista.

Los probióticos son alimentos naturales que, una vez fermentados, contienen levaduras y bacterias vivas beneficiosas para el sistema digestivo. Su consumo regular mejora el microbiota intestinal, también conocida como flora intestinal. O sea, que la ingesta de probióticos es beneficiosa para el conjunto de microorganismos vivos que residen en nuestros intestinos y que influyen en nuestra salud.

Algunos alimentos que contienen probióticos naturales son el yogurt, las aceitunas, el vinagre de manzana, los encurtidos, el pan hecho a base de masa madre y el chocolate negro.

 

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