Adultos mayores: vigilar su alimentación es el mayor acto de amor

Adultos mayores: vigilar su alimentación es el mayor acto de amor

Han cuidado de nosotros y no hay mejor forma de retribuirlos que haciendo lo mismo por ellos.

 

Vigilar la alimentación de nuestros adultos mayores es una manera de demostrarles nuestro amor y gratitud por ser los bastiones de nuestras familias.

 

En octubre, Mes de la Persona Adulta Mayor, le brindamos consejos para que cuide la nutrición de sus adultos mayores y contribuya con su calidad de vida.

 

La tercera edad es una etapa de cambios, entre estos, los relacionados con la alimentación. A menudo, los adultos mayores pierden el apetito. De hecho, la malnutrición es una condición muy prevalente entre este grupo etario.

 

¿Por qué ocurren estos cambios? La gastroenteróloga Laureen Valerio lo explica.

 

“Primero, hay menor producción de saliva, se pierden parte de las papilas gustativas de la lengua, entonces eso hace que la comida ya no les sepa tan rica. La motilidad del tracto gastrointestinal se vuelve un poco más lenta, eso da una sensación de llenura durante más tiempo. El páncreas disminuye la producción de enzimas digestivas, entonces eso hace más lento el proceso de la digestión”, detalla la experta.

 

Además, agrega la especialista, en la adultez mayor disminuye la tasa de metabolismo basal, por lo que es normal que las personas pierdan el apetito, pues requieren menos cantidad de nutrientes para subsistir.

 

La tasa de metabolismo basal es la cantidad mínima de energía que una persona necesita, en estado de reposo, para llevar a cabo aquellas funciones vitales necesarias para el correcto funcionamiento del organismo; por ejemplo: el latido del corazón, la respiración o la regulación de la temperatura corporal.

 

Cambios van más allá de lo físico

Tal y como lo reiteran los expertos en envejecimiento, Valerio afirma que se trata de un proceso no solo biológico, sino también psicológico y social.

 

“Los cambios en los hábitos de alimentación tienen que ver con factores biopsicosociales. Hay adultos mayores que no comen porque se sienten solos, porque les da pereza cocinar para ellos solos, o porque no tienen medios financieros para alimentarse adecuadamente. Todo esto influye en su alimentación”, analiza la gastroenteróloga.

 

Por ello, recomienda la profesional, si la persona adulta mayor vive sola y notamos que ha dejado de comer, justamente, porque no quiere hacerlo sola, hay que buscar la manera de acompañar el proceso de alimentación.

 

“La otro es brindar apoyo financiero. Si no tiene recursos, apoyarle para que pueda alimentarse adecuadamente”, añade.

 

Los alimentos infaltables

Los alimentos 100% más recomendados, no solo para los adultos mayores, sino para todas las etapas de la vida, son los ricos en proteínas, nutrientes que nos dan estructura y soporte corporal, asegura Valerio.

 

Las proteínas son muy importantes porque contribuyen en la formación de los músculos y, a partir de los 30 años, empezamos a perder masa muscular. Por tanto, es esencial consumir alimentos que nos ayuden a mantener en buen estado estos tejidos del cuerpo.

 

Algunos alimentos ricos en proteínas son las carnes rojas, el pollo, el pescado, el huevo, los frijoles y los garbanzos.

 

Como debe hacerse durante todo el proceso de la vida, en la tercera edad también deben priorizarse las frutas, verduras y legumbres. Entre otros nutrientes indispensables, estas aportan hierro, calcio y zinc, minerales esenciales para la salud.

 

Como siempre se recomienda, se deben evitar los alimentos ricos en grasas. “Las grasas se vuelven muy pesadas para la digestión. Como son difíciles de digerir y dan muchas calorías, la persona se llena más rápido y esto evita llenar los verdaderos requerimientos nutricionales”, expresa la gastroenteróloga.

 

Cuando somos adultos mayores también se promueve disminuir la ingesta de lácteos, pues entre un 70% y un 80% de esta población es intolerante a la lactosa, apunta Valerio.

 

“Los seres humanos estamos condicionados genéticamente para eliminar por completo la enzima de lactasa, que es la que se encarga de la degradación del azúcar de la leche o de la lactosa. Generalmente, los lácteos ocasionan diarrea, distensión y dolor abdominal en las personas adultas mayores”, comenta la experta.

 

¿Y qué hacer si aparecen problemas de deglución (dificultad para tragar los alimentos)?

 

“Lo primero es buscar la causa. Dependiendo de eso van a venir las recomendaciones. Hay pacientes a quienes les es más fácil come que se tienen que alimentar por medios alternativos. Por eso es mejor visitar al médico y que determine las causas, porque muchas de estas son corregibles”, concluye la especialista.

 

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