Enfermedad de Crohn: ¿Cómo distinguirla del resto de afecciones gástricas?

Enfermedad de Crohn: ¿Cómo distinguirla del resto de afecciones gástricas?

Sus causas se desconocen, lo cierto es que este padecimiento puede perjudicar todo el tracto digestivo, que se extiende desde la boca hasta el ano.

Sin embargo, su principal punto de ataque suele ser el intestino delgado. Le contamos qué la diferencia del resto de dolencias gastrointestinales.

¿Había escuchado sobre la enfermedad de Crohn? Si su respuesta es no, quizás sea porque se trata de un padecimiento cuyas causas son desconocidas.

Pese a ello, la investigación médica ha hecho lo suyo para saber cómo se manifiesta y buscar tratamientos que provean calidad de vida a quienes la padecen.

Con la guía de la gastroenteróloga Lauren Valerio, le contamos qué es la enfermedad de Crohn, cómo detectarla y cómo vivir con ella.

Lo primero es conocer su definición. Se trata de una enfermedad crónica que causa inflamación en el tracto digestivo, el cual comienza en la boca y termina en el ano. Puede afectar cualquier parte de este tracto, pero generalmente, daña más el intestino delgado.

Es un padecimiento autoinmune, explica la doctora Valerio. “Lo que sucedes es que el cuerpo no reconoce como propio el tracto digestivo y, por decirlo así, lo ataca, haciendo que se formen úlceras en este tracto”.

¿Cómo se manifiesta?

La similitud de los síntomas es una de las particularidades de casi todos los males gastrointestinales. La enfermedad de Crohn no es la excepción, pero sí existen algunas manifestaciones que permiten detectarla.

Entre los malestares comunes de una enfermedad inflamatoria intestinal como esta se encuentran:

  • Dolor abdominal
  • Fatiga
  • Pérdida de peso
  • Fiebre
  • Falta de apetito
  • Alternancia de diarrea y estreñimiento

También puede haber:

  • Sangrado
  • Anemia

Incluso, amplía la experta, en ocasiones, la enfermedad de Crohn tiende a confundirse con la colitis ulcerativa, la cual presenta los mismos síntomas antes mencionados.

No obstante, es posible diferenciarlas mediante una serie de procedimientos y exámenes que profundizaremos más adelante.

Retomando la sintomatología, a los malestares ya conocidos se suman otros, propios de este padecimiento. Como bien indica la especialista en gastroenterología, “al ser una enfermedad inmunológica, también existen manifestaciones extraintestinales”. Las más comunes son:

Problemas articulares. Por lo general, artritis periférica, la cual afecta las articulaciones grandes, como las de rodillas, tobillos, codos, muñecas y caderas.

Afecciones en la piel. Úlceras en la boca y pioderma gangrenoso. Este último es un trastorno poco frecuente que provoca la aparición de llagas grandes y dolorosas, en especial en las piernas. Se desconocen sus causas, pero al parecer, se trata de un trastorno del sistema inmunitario.

Malestares en los ojos. Por ejemplo, sensibilidad al tacto o a la luz, ojos llorosos o rojos, dolor, visión borrosa, manchas rojas brillantes en la esclerótica (el recubrimiento exterior blanco del ojo), dificultad para dormir.

Padecimientos del hígado. Los pacientes pueden presentar hepatitis autoinmune (el sistema inmunitario ataca el hígado).

Lesiones anales. Pueden ser fístulas o abscesoso. El absceso comienza con un dolor en el área de los glúteos y puede haber drenaje de pus. Las fístulas son huequitos pequeños por los cuales se produce salida de contenido.

Tratamiento

“El tratamiento es crónico, o sea, para toda la vida”, enfatiza la gastroenteróloga. Sin embargo, afirma, recomendaciones como las siguientes ayudan a las personas a tener una mejor calidad de vida:

  • Elegir una dieta antiinflamatoria: libre de azúcares y de alimentos ultraprocesados.
  • Preferir el consumo de frutas, verduras y legumbres.
  • Controlar el estrés. “El manejo de las emociones, principalmente el estrés, es uno de los factores desencadenantes”, sostiene Valerio.
  • Controlar el uso de ciertos medicamentos antiinflamatorios que pueden activar la enfermedad.
  • Evitar el fumado.
  • Considerar la cirugía, dependiendo de si los pacientes tienen complicaciones como fístulas o estenosis (estrechez) en el intestino delgado.

Detección

La enfermedad de Crohn se detecta con estudios como exámenes de sangre, de heces, gastroscopía, colonoscopía, toma de biopsia; todos los procedimientos empleados en el abordaje de la enfermedad inflamatoria intestinal.

La profesional añade que pueden llevarse a cabo entero resonancia, enteroscopía o enterotac, los cuales son exploraciones de intestino delgado que se realizan, justamente, cuando hay sospechas de enfermedad de Crohn.

Prevalencia y factores de riesgo

Algunos datos adicionales sobre esta particular afección:

  • Tiene una frecuencia de 26 a 200 casos por 100 mil personas. O sea, que de cada 100 mil personas, hasta 200 pueden sufrir la enfermedad de Crohn.
  • Puede ser hereditaria. Sin embargo, es complejo determinar los factores de riesgo porque, por lo general, se relacionan con la edad.
  • Hay grandes posibilidades de que la enfermedad de Crohn aparezca entre los 20 y los 30 años y entre los 50 y los 70 años.
  • Esta dolencia es más común entre la población judía.

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